En el vértice acertado
de un triángulo isósceles
dejé estratégicamente
colocado un desatino,
se mantuvo suspendido.
Dos ángulos iguales
lo sostienen,
errónea hipotenusa...
no hay suma de cuadrados,
ni longitudes
que verifiquen su aritmética.
Las matemáticas no son exactas
en el mundo onírico
de los ángulos locos.
Sin embargo, el cálculo que falla
mantiene la incógnita
y despeja el tedio.
Juego geométrico...
si los ángulos ceden,
el triángulo se convierte
en círculo vicioso.