No dejemos que el dolor nos acobarde,
no seamos corderos resignados
esperando complacientes un destino
trazado por matarifes despiadados.
Ignoremos la impotencia y la desidia
escuchando la voz del maltratado:
¡Palabras del oprimido,
aullido de lobo callado!
No dejemos que la injusticia nos pueda,
no seamos cobardes acatados,
escuchando resignados la sentencia
dictada por jueces tiranos.
Combatamos la injuria y la vileza
usando las armas del diálogo:
¡Falacias del poderoso,
clamor del pobre gritado!
Paz para ser libres,
justicia para perdonar.
Ante las armas, palabras;
Ante la violencia, más paz.
Gracias, Salomé !
Jorge Drexler, uno de mis músicos preferidos y una maravillosa canción que me encanta: http://www.youtube.com/watch?v=myVi6pVYYb8&ob=av2e